martes, 20 de mayo de 2014

Cerró Músca en Segura, precedente funtamental de la lucha contra la mediocridad.

Müsica en Segura, música y color.

Conclusión después de asistir a Música en Segura I, pasarela entre historia y presente, entre interculturalidad musical, tolerancia y convivencia en un entorno que más que eso es un trozo de paraíso.

¿Donde termina la historia y empieza el presente? ¿Existe un paso previo antes de dejarse llevar por lo que fue un día y que se nos permite ser hoy? ¿Se han acabado todos los caballeros? ¿Se mueren los lugares o los mata el ser humano? ¿Ha sucumbido la cultura a todas las convulsiones? ¿Es la música y la sed del agua de la pervivencia de las notas el motivo que ha impulsado a Daniel Broncano y su equipo a llevar a cabo Música en Segura? Intentaremos responder a las preguntas que nosotros mismos nos planteamos. La historia no termina, la historia se ha hecho presente de nuevo en Segura de la Sierra, a través de ser un escenario privilegiado, un trozo de paraíso inmerso en una alfombra de Olivos, a través de los vestigios de una ciudad llena de la energía de nuestros ancestros, y también a través de Música en Segura. Esta inmensa manifestación cultural y musical ha conseguido unir pasado y presente, música de cámara, clásica y flamenco como no recordabamos e incluso como no hemos conocido. El momento previo para terminar de confirmar que lo que observan tus ojos no es sino el presente. Y es en este instante en el que se nos ha permitido disfrutar de cuatro días en el que a parte de disfrutar de la mezcla, de la fusión, de la ausencia de egos, de música, en Música en Segura. Pero no solo de mezcla musical, sino de una convivencia extrema entre las raíces de los pobladores de la Sierra de Segura y la multitud de culturas y gentes que se han dado cita en este festival desde puntos prácticamente de todos los lugares del mundo. Daniel Broncano, la organización del Festival, se puede sentir orgulloso de donde pisa, de donde tiene sus raíces y de su alma musical, porque todo ello es lo que ha convertido estos días a Segura de la Sierra en capital de la convivencia musical e intercultural. Rosana Ter-Berg (Flauta) de la que jamás olvidaremos su música y su recital desde un balcón de la Cuesta de los Caballeros, Ksenija Sidorova (acordeón), sensibilidad sonora y maestría sin fronteras, Garnati Ensemble (Dúo de cuerdas). digno de perdurar por los siglos de los siglos), Ricardo Fernández (Tocaor y Cantaor Flamenco), duende y embrujo mediante un flamenco erudito y auténticamente propio, José Antonio Domené (Arpa), magia fusionada entre las cuerdas y la historia de los pueblos y la cultura, y Daniel Broncano (Clarinetista y Saxofonista), presidente del festival y algo fuera de lo común que mezcla la juventud con la experiencia del genio. Todos ellos en perfecta comunión con el público han hecho que esto sea algo más que una manifestación artísica, que sea el nexo entre la música y el pueblo. Las tierras no se mueren, las intentamos matar durante tiempo, pero no se mueren. Estos días en Segura han sido la perfecta demostración de como con empeño y un puñado de sueños, con trabajo y millones de átomos en conjunción para llevarlos a cabo, se puede abandonar de las mentes un letargo que no es más que eso. Las convulsiones son quizá una fábrica de talento, quizá son el motor de creatividad ante lo impuesto y la falta de sentido común. Los momentos por los que pasamos son momentos que nuestros ancestros pasaron y que mediante la memoria recordamos como épocas o ciclos que viene y van, pero mientras tanto las notas van con nosotros sin desmayo alguno. También en Música en Segura, Daniel Broncano nos aseguraba en una entrevista concedida en el mismo pueblo de La Sierra ha quedado patente que es otro medio eficaz para manifestar y resaltar los malos y los buenos momentos históricos. Una comunión, la de las personas que han poblado estas calles, la Iglesia de Los Jesuítas y el Castillo de Segura durante estas jornadas, que existe y que resalta la mejor faceta de nuestro interior. Una dulzura, musicalidad, ritmo, pasión que ha tenido su máxima expresión en salas con una acústica fuera de lo normal. Ni un solo cable, ni una sola pista de que nos encontramos en el siglo veintiuno. Un resonar perfecto y una energía tan cálida que se podía hasta tocar con los dedos. Ya dijimos en su día que esto iba a ser digno de contemplar y obligatorio de repetir y cada día estamos más seguros de que el año que viene Música en Segura II, festival 2014 será la continuación de un lujo llamado fusión de música clásica con flamenco, y del hombre y la mujer con las raíces de sus almas.